jueves, 4 de febrero de 2021

La repetición del duelo trae la amnesia
del llanto colectivo, ya no conmueve.
La costumbre
se alía con esta otra forma de holocausto,
de muerte normalizada
cuando somos más autómatas que nunca,
cuerpos deshidratados sin abrazos,
ahora que la Tierra,
-esa pelota verde cada vez menos verde-
grita oxígeno,
ahora que algunos
-sucios y rastreros uniformes, sotanas
y trajes, ladrones cobardes sin conciencia-
deciden con honor
colar en la fila de la vida su privilegio
justo cuando no hay un lugar en el planeta
donde salvarse,
y nosotros, con la esperanza estancada
ante un largo etcétera de ausencias
y este cansancio de sentir
lo difícil de echarse a volar
con esta realidad tan aplastante.
Pero yo digo con lengua mendiga
-léase con tono suplicante-:
pongamos tripas, corazón y coraje
por encima de este vértigo
y esta niebla,
seamos eslabones de una cadena,
hagamos, entre todos, un sueño a medias
sabiendo que solo es posible seguir
hacia delante
con nuestro tanto por ciento
de angustia
porque sucede que, por encima
de todos esos
mercaderes de antídotos,
estando a una hoja de almanaque
de un año de supervivencia,
nosotros curaremos
el mundo que se derrumba por dentro,
abriremos el pecho y las venas
hasta que brote algo humano
y lloraremos, si nos toca, dignamente
con pena a nuestros muertos
sin miedo, culpa ni vergüenza.






2 comentarios:

  1. Un poema reivindicativo desde la pura emoción,el desconsuelo, la lucha inútil y todo este momento tan tremendo que nos asola.
    Hay que echar más carne en el asador?
    Es un momento de absoluto cambio?
    NO sé que decirte...
    quedan ganas aún de batallar?
    Me ha encantado tu poema,pero,a la vez me quedo desolada (más aún)
    Beso grande.
    Es hermoso.

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    1. Siento que te deje ese sabor a desolación aunque por otra parte me parece lógico con lo que tenemos encima y lo que queda. A mí no me gusta escribir sobre nada que tenga que ver con la pandemia pero el hecho de que al menos 700 cargos públicos hayan robado dosis de vacunas me parece un hecho deleznable y que debería ser punible. Lo que digo es que tenemos que seguir adelante, además porque no hay otra, y tratar de salvar ese otro mundo interior que casi me da más miedo su destrucción, tratar de seguir y vivir o sobrevivir con dignidad a diferencia de quienes han llevado a cabo esos hechos. Lo que sí que he tratado es de no escribirlo desde el odio pero sí dejar las cosas claras. Muchas gracias lunaroja por tu visita y un besazo

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