de farolas, busco un lazo que me retenga
y me afirme que este es mi lugar en el mundo.
Apareces con los dos pies detrás de mis pasos.
No ignoro que, quizá, llegues también del
fondo de un abismo porque eres oscura
y te acercas copiando mi forma, siempre
fugitiva y traicionera, huésped de albergue,
armadura sin cuerpo, confusión condensada.
Me acechas y te interpones entre la perdición
y mis tinieblas, tú, mi sombra, que me sigue
o que me espera.
Ay, lidiar con la sombra no? Ponerle algo de luz para que se achique, o simplemente acercarnos lo suficientemente a ella para que desaparezca.
ResponderEliminarMe encantó el poema,muy original,y con tu sello!
Besos
juegos de luz y sombra, si! pero que no se vaya que al final siempre está con nosotros!. Muchas gracias. Besos
EliminarNunca nos abandona, a veces, parece jugar al escapismo, pero ahí está una y otra vez.
ResponderEliminarMuy bonita oda a quien nunca nos abandona.
Mil besitos, JUlia.
así, tal cual lo dices! Mil gracias y celebro que te guste. Besos
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