en forma de carta
insistiendo en repoblar
un amor quemado,
como pasa ahora que todos
lloran por Mazagón y Doñana
después del daño,
pretendiendo reavivar
rescoldos donde tu palabra
es ya deshielo,
ahora que me coges muy lejos
después de levantar cortafuegos
porque yo soplé tus cenizas
para abrirme puertas al mar
y ventanas de par en par
con vistas al campo
el día que me di cuenta
que vas de sombra en sombra
vendiendo la luz que robas
de contadores ajenos,
que eres tentáculo de medusa
que hasta cortado de cuajo
envenena.
Soy mi propia estrella.
Fugazmente tuya:
NO.
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